¿Nunca has pensado en irte? Sin escapar de nada. Marcharte así, sin pensarlo. Sin darle vueltas a nada.
Venga, lárgate. Sin decir adiós. No te despidas, algún día volverás. No pienses en cómo o dónde. El cuerpo te lo pide. Burbujas en el estómago, nervios a flor de piel. Risa contagiosa.
Pero, hay algo que te frena. Algo que impide que cruces la línea entre tu vida y lo que en realidad quieres ser. Te ata como una soga al cuello.
LLevas 18 años de tu vida en esta ciudad. 18 años con las mismas personas, visitando los mismos lugares, disfrutando de los mismos placeres. Se ha convertido en rutina, y la rutina es mala pero engancha. Por eso cuesta tanto desintoxicarse. Tienes que aprovechar las oportunidades, todas y cada una. Di sí a todo. Atrévete a todo. Nunca jamás digas que no.
Esto también es dificil. De hecho, es lo que más nos cuesta a las personas. Atrevernos a ser eso, personas. Con debilidades. No nos gusta.
Tienes, debes hacerlo.
Sube al jodido autobús. Coge el maldito avión. Conduce sin rumbo. Pero lárgate.
Por lo que más quieras. Hazlo.

2 comentarios:
Para qué cambiar de aires, cuando las corrientes van a tu favor.
Me ha gustado mucho esta entrada, yo de momento me largo dentro de mis sueños, es fácil, barato y siempre voy donde yo quiero.
Un abrazo.
Publicar un comentario