Ciertas cosas (no tienen por qué ser sustancias químicas) nos hacen, en ocasiones, ver las cosas de manera diferente a cómo son en realidad. En ocasiones para bien, modificar la realidad para sentirnos mejor nos puede hacer más felices, pero esa felicidad dura poco, puesto que la verdad suele aparecer delante de nosotros transcurrido poco tiempo.
Creemos que es bueno engañarnos un poquito de vez en cuando, incluso a veces engañar a los demás. Modificar la realidad nos ayuda. Pero al final todo cae por su propio peso. Todos lo sabemos, preferimos ignorarlo. Dura poco, pero en esos breves periodos de tiempo, la satisfacción es máxima.
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