
No queréis aceptar la realidad. Una mirada furtiva en un acto repentino por intentar demostrar lo que sentís. Una décima de segundo. Ya está. Nada. Todo sigue exactamente igual que antes. Sabéis que no podeis seguir así. El resto del mundo se da cuenta. Lo sabe. Cuesta seguir ocultándolo. Pero no queda más remedio. ¿Que pasaría si...? Ese es el temor. El no saber que vendrá después. Ni después del después. ¿Iría bien? ¿Funcionaría? No, seguro que no. Pero, ¿y si...? No, olvídalo. Nunca. No está escrito en ningún sitio. Sólo vosotros podríais remediarlo. Pero cuesta. Tampoco podéis dejarlo. Las drogas son así, y esto es un tipo de droga. Algo más sano, pero que también te quema por dentro. Algo más lenta e indolora -mente, pero lo hace. Te comes la cabeza, día a día. Celos. ¿Por qué ella si y yo no? Sé que me quiere, pero el amor (o lo que sea) tiene factores distintos. Y desafortunadamente los nuestros no coinciden.
No hay comentarios:
Publicar un comentario