lunes, 30 de agosto de 2010

Impotencia

Qué hacer cuando no puedes hacer nada.
La cosa es la desmotivación, la desgana, el 'no me importa nada'.
Poco a poco todo se te va escapando de las manos como diminutos granos de arena. Y de repente alguien a quien quieres te cuenta otra mala noticia, que se añade a tu descomposición mental.


Frialdad, cerrarse en banda.
Desconozco la razón, pero lo más seguro es que no quieres volver a sufrir, aunque el daño no pueda compararse a la vez anterior, da igual. Desde aquel momento ya no volviste a ser la misma.
Más seca, más dura, más introvertida, pero doblemente débil.
Y todo esto duele, duele mucho, cuando los problemas y los sentimientos tristes se acumulan. 

Y no puedes más y explotas, haciéndote aún más daño, a ti misma, más aún que el dolor que sientes por la situación actual.
Piensas que si una vez pudiste, esta vez también, es incluso más fácil, pero no.
No porque ahora eres débil, no lo niegues. Lo eres, y tú sola no puedes con todo esto, así que optas por hacer como si no pasara nada, pero no funciona. 
Cuál es la solución entonces, pues tiempo al tiempo.
Y mientras tanto, te jodes, y a llorar como una cría a la que han arrebatado su juguete favorito.

1 comentario:

Miguel Ángel Gómez dijo...

"Nadie está a salvo de ahogarse en el llanto, ni de salvarse".
Enhorabuena por tu blog.